La violencia doméstica, también conocida como violencia familiar implica el lastimar a alguien quien por lo general es su pareja o cónyuge, aunque en algunos casos se da hacia un padre/madre, hacia un hijo/a u otro familiar.
Es un abuso por lo general físico, psíquico y a veces e carácter sexual, por lo cual es un problema muy serio a tener en cuenta. Junto con la violencia domestica vienen lesiones físicas de todo tipo, y sufrir de depresión o ansiedad por este motivo. Por lo general este tipo de violencia no es denunciada, por lo cual es difícil saber muchas veces porque se origina y desde cuando se da. La violencia domestica no discrimina entre clase social, ingresos económicos de la persona, su educación, se da en personas de todas las edades.
Por suerte esta situación ya fue perdiendo con el paso de los años su carácter de privada, y ya se toma con relevancia como problema social. Hoy en día se han implementado números gratuitos para realizar denuncias de este tipo, en los cuales no se revela la identidad del que llama, sino que se le brinda protección para que pueda salir de ese círculo en el cual se encuentra. En muchos hospitales/sanatorios también se utiliza como rutina el preguntar sobre la violencia domestica, e indagar sobre este tema con el fin de ayudar.
¿Qué sucede con los niños en cuanto al maltrato domestico? Aunque muchas veces los niños no sean motivo de la violencia domestica igualmente esto no significa que no la sufran, ya que son los receptores directos contra la violencia que sufre su madre (generalmente) o su padre.
Los niños son testigos de esa angustia, del miedo, tristeza, de todo lo que conlleva la violencia domestica dentro de un hogar, por lo cual están llenos de dudas e inseguridad por este motivo, aspectos que pueden ser no beneficiosos para su cotidianidad. Un niño que es testigo de violencia domestica puede sufrir de terrores nocturnos, problemas con el sueño, no querer comer o comer en exceso, sufrir de enuresis, ansiedad, depresión, estrés, entre otros.
De acuerdo con UNICEF, si el niño presencia o escucha situaciones violentas, aunque el no sea el que recibe esa violencia, esto puede ocasionar en el problemas psicológicos negativos, ya que están sufriendo de violencia psicológica (violencia mental), una forma de maltrato infantil. Si un niño debe presenciar o escuchar violencia domestica es una víctima de esa situación, solo con ser testigo de ella.
También existen los casos en que los niños mismos sufren de violencia domestica, no solo sus madres, lo cual hace que su crecimiento se de con el pensamiento de que la violencia es algo normal, ya que en su entorno sí lo fue, y puede que se relacione de esa forma con adultos.
Este tipo de niños se crían con la violencia como algo normal, interiorizando roles que pueden ser de una persona que maltrata o que es maltratada, muchas veces no pudiendo discriminar si una conducta es correcta o no, es lo que vivieron y a lo cual se acostumbraron. Un hijo de una persona maltratadora crece indudablemente con miedos, pueden ser más propensos a sufrir de depresión, y trastornos de personalidad.
En consecuencia esto va a afectar en su rendimiento escolar y a nivel social,no solo en su niñez o adolescencia, sino que a lo largo de su vida siendo niños agresivos, desafiantes y que tienen conductas antisociales, todo provocado por la misma violencia domestica, que repetimos, no tiene porque ser directamente hacia él, con solo escuchar o ver es suficiente.
Por eso no dudes en pedir ayuda si sos victima de violencia domestica, existen líneas gratuitas, grupos de apoyo y muchas personas que están pasando por la misma situación. Callar la situación solo la agrava, pudiendo tener perdidas irremediables.