Muchas veces se habla de ser tolerante, de que es bueno tolerar, pero ¿qué es exactamente la tolerancia? Es la capacidad de escucha, de aceptar a los demás como son y ver que existen distintos puntos de vista y formas en la vida.
Obviamente esto no debe afectarnos, es decir, ser tolerante no significa no hablar las cosas que nos molestan, no decir lo que pensamos o decir todo que si para llevarnos bien con los que nos rodean, sino que se trata precisamente de aceptar que el otro puede pensar y actuar diferente a lo que nosotros consideramos “está bien”, y tratar de no juzgar y no dejar que nos juzguen.
La tolerancia es una virtud que cuesta cosechar pero que si se practica tiene una importancia y valor enorme. Existe un dicho que dice que la tolerancia es fácil de aplaudir pero que es difícil de practicar, y además de que es difícil dar una explicación.
Cuando hay tolerancia la confianza aumenta entre las personas, y más si son miembros de una organización, ya que hace que cada uno se abra mucho más a expresar sus ideas, además de que se dan charlas menos agresivas o con tonos emocionales.
La tolerancia surge de saber que nadie es dueño de una verdad absoluta, siendo que todos somos seres diferentes, con vidas diferentes, crianzas distintas, existiendo mil visiones de determinados hechos o sucesos, tantas visiones como personas existen en el mundo.
Al igual que para ser menos egoístas, más perseverantes, para tener una mejor autoestima no existen recetas o formulas mágicas, sino que se puede trabajar día a día para ser más tolerantes y que a su vez los demás lo sean con nosotros. Existen algunos puntos importantes para que se dé la tolerancia, los cuales son:
1) Lo primero es intentar no dar respuesta a las agresiones que recibimos: en caso de ser agredido, provocado, acusado es mejor responder con el silencio, o por ende, pedir respeto pero de una forma tranquila, mostrándole al otro que las cosas se pueden hablar de buena manera sin recurrir a las agresiones.
2) Ser compasivos cuando nos enfrentamos a negatividades como el odio u envidia, y podemos hacerlo no respondiendo de la misma manera, es decir, no cayendo en lo mismo. Podemos ofrecer nuestra amistad, mostrándole al otro que no nos manejamos de la misma forma y a su vez dando una enseñanza sobre eso.
3) Tratar de mantener la calma cuando alguien nos quiere hacer sentir mal, nos quiere derrumbar con su opinión, tratando de tener un enfrentamiento calmo diciendo nuestro punto de vista y exigiendo respeto. Parte del respeto que damos y nos damos a nosotros mismos es también el no escuchar cosas que no queremos escuchar, por ejemplo: una mujer embarazada no quisiera que alguien le hable sobre el aborto, o sobre problemas en el parto, siendo que muchas veces nos vemos ante situaciones que no sabemos decir que no, pero en estos casos decir que no queremos escuchar sobre ese tema (siempre de una buena forma) es darnos respeto a nosotros mismos.
La tolerancia es una virtud, y como tal se debe practicar día a día, es por eso que te invitamos a que la apliques en tu vida ya que traerá grandes beneficios para tu salud en todo sentido.