¿Cómo es posible que muchos odiemos las mentiras pero nos digamos mentiras a diario? ¿Un poco loco no? Mentir no es un buen acto, no se justifica en lo absoluto, pero lo peor que podemos hacer es mentirnos a nosotros mismos.
Hay una infinidad de formas en las cuales nos mentimos día a día, y muchas veces es porque no queremos afrontar la realidad en la que vivimos, en este caso teniendo consciencia del engaño que nos realizamos a nosotros mismos pero de igual manera haciéndolo, y ¿Cómo lo hacemos? Mediante justificaciones, excusas, que usamos para camuflar nuestros fracasos, también mediante promesas que nos hacemos y no cumplimos.
Otras veces estos engaños vienen de la mano de no conocer la realidad 100%, es decir que no tenemos consciencia de que nos mentimos y engañamos a nosotros mismos. Esto viene de la mano con que ya es una costumbre mentirnos, entonces estamos tan adecuados a eso que se mezcla lo real con lo que creemos. Este tipo de mentiras son las que atacan directamente sobre nuestra autoestima.
Una de las mentiras más comunes que nos decimos a diario es que “si sucediera tal cosa nuestra vida sería genial” y de aquí se desprende: dinero, una pareja ideal, tal puesto de trabajo, el cuerpo de…, más tiempo libre, etcétera.
La felicidad, como lo plantea la teoría Gestáltica es “aquí y ahora”, y no va de la mano con el si sucede esto o lo otro. Muchas veces imaginamos que teniendo el cuerpo ideal, o más dinero, vamos a ser más felices, pero es solo lo que imaginamos, no significa que esto sea así. Sino somos felices sin eso probablemente teniéndolo tampoco vamos a serlo.
La felicidad no va de la mano con el tener sino que es algo que se construye día a día con trabajo interior, ¿sino como es posible que: hay personas que al parecer no tienen «nada» y son demasiado felices, y otras que lo tienen «todo» son las personas mas tristes del mundo?
Es muy bueno tener metas: querer ganar más dinero, querer tener un mejor trabajo, o incluso un mejor físico del que tenemos, pero nuestra felicidad nunca debe pasar por eso, ya que de esta manera estaría vinculada a eso que queremos, pasando a ser una pastilla mágica que curaría todo y sino la tenemos no podemos ni pensar en la felicidad. Vivir bajo esta mentira hace que estemos frustrados, porque al demorar en conseguirla o no conseguirla entonces… ¿no seriamos felices? Nuestra felicidad estaría en pausa.
Otra mentira que nos decimos a diario es que “mañana mismo comienzo a hacer tal cosa”. Esta es una mentira re común, más común de lo que creemos y la usamos prácticamente desde que nacemos hasta que nos morimos.
Lo que sucede es que muchas veces dejamos pasar el día y no hacemos algo “productivo”, es decir, sentimos que no pudimos concretar nada e inmediatamente viene la culpa. Aquí comienzan esas promesas en las cuales comenzamos a decirnos a nosotros mismos que mañana empezamos a hacer determinada cosa.
Aunque esto este en nuestra mente en ese momento, ¿de verdad al día siguiente podremos hacer todo lo que queremos, y concretar todo lo que dejamos para después? Es muy difícil saber cómo vamos a sentirnos al día siguiente, y por lo general cuando comenzamos a postergar cosas terminamos postergándolas más de lo que planeábamos. Por eso lo mejor es que trates de hacer las cosas y no las postergues, salvo que sea por algo de extrema necesidad, pero de esta manera evitarás decirte una de las mentiras comunes que nos decimos a diario y que tanto contribuyen a nuestra frustración.
Morella Ferrero M. SDL
Nada mas cierto que estas reflexiones, amigo. Confieso que, por las razones que sean, he caido en algunas de estas cosas, sobretodo la procrastinacion. Y es que uno olvida, sin querer ser negativa, que cada dia mas es también uno menos!