No hay nada mas feo y que nos haga mas daño que ser ignorados, nos hace sentir un importante vacío emocional, y mas cuando la ignorancia viene de alguien importante en nuestras vidas.
Ya sabemos que la indiferencia duele, pero la pregunta es ¿por que? Lo que sucede cuando somos victimas de la indiferencia es que vivimos de una forma desconcertada, es decir, por más no se suela esperar nada o muy poco de los demás, ese nada en realidad no existe, siempre se tienen expectativas y esperamos que las personas de nuestro entorno actúen de una forma determinada (por nuestras emociones y necesidades. Es por este motivo que cuando la respuesta no se obtiene o no es la indicada surge el desconcierto y los esquemas que se tienen sobre como se debe actuar hacen cortocircuito.
La indiferencia hace que la autoestima se vea perjudicada, ya que la indiferencia tiene un mensaje, por mas que no se diga nada se esta diciendo todo y esto es: «sos demasiado poco», por lo cual atenta directamente contra la autoestima.
De la mano con la baja autoestima esta la inseguridad que se sufre como persona, porque cuando otro «no nos da corte» y nos pasa por alto no tenemos esa retroalimentación que necesitamos. Como el otro es indiferente, no podemos saber bien que piensa ni mucho menos saber como debemos actuar o reaccionar, por lo cual la inseguridad esta a flor de piel.
Ya desde pequeños, desde nuestra infancia, es que nuestra autoimagen depende de la imagen que tienen los demás sobre nosotros, por lo cual cuando no se obtiene nada, solo indiferencia, es normal que la inseguridad se acentúe.
La ansiedad tampoco ayuda, porque si tenemos que estar tratando de ver y de descifrar lo que el otro piensa o siente seguramente eso nos genere mucho estrés.
La indiferencia también hace que nos sintamos solos, y esto es porque la indiferencia es un vacío. Si la indiferencia viene de personas de las cuales deberíamos recibir cariño se acentúa aun mas la sensación de soledad.
Conocemos lo que genera la indiferencia, ¿que podemos hacer con eso? Lo primero y principal es saber que no podemos obligar al otro a que no nos sea indiferente. Lo que si podemos hacer, en el caso de que sea una persona realmente significativa en nuestra vida, es hacer un esfuerzo por conocer mejor como es y adoptar una forma de comportarnos que resuene con lo que es su sistema emocional, su forma de ser y actuar.
Existen muchas razones por las cuales las personas actúan con indiferencia: en algunos casos es porque otra persona fue o es indiferente con ellos y por eso adoptan esa actitud, porque se usa la indiferencia como protección para no implicarse demasiado temiendo salir lastimadas, o porque simplemente es la única forma de relacionamiento conocida.
En realidad no hay un secreto para cortar con la indiferencia, ya que no depende de lo que hagamos, por lo cual lo mejor es no darle a nadie el poder sobre nosotros, es decir, rodearse de personas que nos valoren y nos quieran por quienes somos, y que sobretodo nos hagan sentir a gusto. No se puede elegir a la familia, pero si se puede elegir respetarnos, a los amigos, y personas que integran nuestro mundo, para lo cual tu tienes el poder!
LAURA GUYEN
Muy bien explicado lo de la indiferencia yo senti la indiferencia de mi ex y si ahora la aplico es a una q m ha herido mucho y vaya q la aplico y si es una arma letal alma y defensa también. Los felicito
Julia
Mi hermano lo aplico conmigo días después que mi mamá falleciera. No me lo esperaba.
Susy
Como afrontar la Indiferencia viniendo de tu paraje, si vivo yo con el tenemos dos hijas de 7 años..si se q ya no hay amor de parte de el, no puedo evitar sentirme mal y sola, quiero q no me importe su indiferencia, q no me duela
greys
La indiferencia es un estado afectivo neutro. Solemos definir a una persona indiferente como alguien que “ni siente, ni padece”. Es un sentimiento que mantiene al margen a la persona que tiene esta condición. Sin embargo, cuando recibimos un zarpazo de indiferencia de alguien, sus garras nos producen heridas dolorosas.
Pensar en alguien indiferente es atribuirle una serie de adjetivos, que poco o nada tienen que ver con el ideal de una persona virtuosa. La indiferencia está asociada a la insensibilidad, el desapego o la frialdad. Son estas características que se presuponen contrarias a la condición social que tenemos los seres humanos y que provoca que nos relacionemos unos con otros.
“A veces, la indiferencia y la frialdad hacen más daño que la aversión declarada”
-JK Rowling-
Ser indiferente implica que “nada nos importa”. Que no sentimos nada ante una situación o persona, que “todo nos da igual”. Aunque estemos seguros de que esto es así, habría que preguntarse si es posible conseguir aislar nuestras emociones de esta manera. Realmente, cuando nos mostramos indiferentes hacia algo o hacia alguien, lo que hacemos es acercarnos o alejarnos de esa persona o esa circunstancia.